La idea de establecer en la ciudad un museo de estas características se debe al escritor y crítico de arte Alexandre Cirici- Pellicer quien, en 1959, empezó a reunir una colección de obras. Cirici contó con la ayuda de otros aficionados al arte que contribuyeron en la ampliación de la colección. Realizaron diversas exposiciones itinerantes con obras de artistas de la época. La muestra El arte y la paz, celebrada en 1963 y que tenía un claro contenido antifranquista, supuso el final de la idea de Cirici. La colección hasta entonces recopilada se depositó en el Museo Víctor Balaguer.

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